Madrugada Hoy he sentido el río entero en mis brazos...             Lo he sentido en mis brazos, trémulo... Vivo como el cuerpo de un hombre verde... Esta mañana el río ha sido mio: Lo levanté del viejo cauce. ¡Y me lo eché en el pecho! Pesaba el río... Palpitaba el río adolorido del desgarramiento... -¡Fiebre mía del agua!...-.             ¡Me dejó en la boca  un sabor amargo de amor y muerte! Dulce María Loynaz (1902-1995) --------