Bueno es decir la vida y encontrarla en la honda raíz de cada cosa. Bueno es matar la sombra recelosa con el solo dolor de penetrarla. Bueno es querer la voz para entregarla en un retorno de la sed ansiosa con que la tierra vive su preciosa y total aventura de saciarla. Bueno es decir "mi vida" presintiendo que el posesivo don se está perdiendo frente al silencio que en el fondo espera. Malo es callar. Malo es callar, sin duda. Pero la angustia es casi siempre muda y en lo que calla, siempre verdadera. Clara Lifsichtz Ottolenghi