Es el mar mi ropaje: así desnuda como una enorme ola a ti yo llego. Mi ocasión la tormenta y los relámpagos, y es la montura de mi amor el viento. No retorno: yo voy pues son mis pasos como a la hierba la pasión del fuego. Soy la bestia de larga cabellera que lame la otra lengua que es el beso. En la forma de piedra me hallo a gusto porque es así tan duro mi silencio que no lo vencerá el dolor del mundo, ni del odio la gota de veneno. Es el mar mi ropaje: así desnuda como una enorme ola a ti yo llego. Brotaron en mis manos de agua sucia las flores venenosas de estos versos. Delfina Acosta