Nuestras horas son minutos cuando esperamos saber, y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender. * Ya noto, al paso que me torno viejo, que en el inmenso espejo, donde orgulloso me miraba un día, era el azogue lo que yo ponía. Al espejo del fondo de mi casa una mano fatal va rayendo el azogue, y todo pasa por él como la luz por el cristal. Antonio Machado