La vida es así. Tú y yo. Pero por muy corta que sea la distancia de tu corazón al mío, tú no puedes sentir mi sed, mi doler, mi hambre; no puedes reír mi risa ni llorar mis lágrimas (Hay sociedades benéficas, almas caritativas, generosos filántropos…) En la arena cálida de las playas, y a dos pasos tan sólo del agua boca arriba mirando al cielo, está vacío y seco, el caparazón de la tortuga. Marina Romero