He de alcanzar Señor mío prometo la abnegación total la obediencia irrestricta la perfecta docilidad la mortificación a toda costa la castidad incorrupta la soledad contenta la paciencia con los locos la pobreza entre los pobres la perpetua clausura el mayor desposeimiento el olvido de la carne y sobre todo y para siempre acallar las injustificadas palabras y así el perfecto silencio. Márgara Russotto