El deseo: pájaro negro en la noche, abre sus alas y golpea. Muerta el alma el deseo la hace espuma, los caballos del mar ya no están quietos, se exaltan y pierden. El hombre se mueve, en esa marea ahoga sus sentidos. El deseo, no es un sentir apenas, yo lo he visto enrojecer los labios de los muertos. Silvia Tomasa Rivera