Este silencio, blanco, ilimitado, este silencio del mar tranquilo, inmóvil, que de pronto rompen los leves caracoles por un impulso de la brisa, Se extiende acaso de la tarde a la noche, se remansa tal vez por la arenilla de fuego, la infinita playa desierta, de manera que no acaba, quizás, este silencio, nunca? Eliseo Diego