Cuando te quedas solo, eres espejo de lo que fuiste: una mañana contemplada desde el balcón entornado; unos pasos armoniosos que no has seguido para no derramar tu gozo; unas cuantas palabras que te cambiaron más que el tiempo; una mirada que se ahogó como luz en tus venas; un viaje que nunca querías terminar; tu alma ausente de lo que te esperaba al quedarte tan solo. Ángel Crespo