Porque quiero tu cuerpo ciegamente. Porque deseo tu belleza plena. Porque busco ese horror, esa cadena mortal, que arrastra inconsolablemente. Inconsolablemente. Diente a diente, voy bebiendo tu amor, tu noche llena. Diente a diente, Señor, y vena a vena vas sorbiendo mi muerte. Lentamente. Porque quiero tu cuerpo y lo persigo a través de la sangre y de la nada. Porque busco tu noche toda entera. Porque quiero morir, vivir contigo esta horrible tristeza enamorada que abrazaría, oh Dios, cuando yo muera. Blas de Otero