Y me vuelvo a caer desde mí mismo al vacío, a la nada. Qué pirueta! Desciendo o vuelo? No lo sé. Recibo el golpe de rigor, y me incorporo. Me toco para ver si hubo gran daño, mas no me encuentro. Mi cuerpo dónde está? Me duele sólo el alma. Nada grave. Ángel González