Amor que vida pones en mi muerte como una milagrosa primavera: ido ya te creí, porque en la espera, amor, desesperaba de tenerte. era el sueño tan largo y tan inerte, que si con vigor tanto no sintiera tu renacer, dudara, y te creyera, amor, sólo un engaño de la suerte. Mas te conozco bien, y tan sabido mi corazón, te tiene, que, dolido, sonríe y quiere huirte y no halla modo. Amor que tornas, entra. Te aguardaba. Temía tu regreso, y lo deseaba. Toma, no pidas, porque tuyo es todo. Manuel Magallanes Moure